Un paseo por el paddle surf en traje de baño (o cómo acabamos colaborando con Sarah Long)

Un paseo por el paddle surf en traje de baño (o cómo acabamos colaborando con Sarah Long)

    Puede que empiece como un paseo normal. Un niño que salta de charco en charco. Una madre que intenta salvar los zapatos nuevos. Un perro mojado. Un plátano a medio comer que aparece misteriosamente en tu bolsillo. Y entonces, entre ramas, barro y caos… aparece un zorro que parece estar sonriendo. O un pato con cara de tener planes.

    Eso es lo que pasa cuando te cruzas con los dibujos de Sarah Long: todo parece normal, hasta que ya no lo es.

    Sarah vive en Seaford, Reino Unido, un sitio con playa, acantilados y probablemente más gaviotas de las que a uno le gustaría admitir. Desde allí crea ilustraciones que combinan ternura, humor y colores que parecen sacados de un paquete de rotuladores nuevos. Su mundo es alegre, peculiar y absolutamente reconocible. Como cuando tu hijo aparece en la cocina con una olla en la cabeza y lo miras y piensas: "claro que sí, campeón".

    Nos enamoramos de su estilo hace tiempo. De sus patos que no vuelan pero tienen mucha personalidad. De sus escenas familiares donde el caos está perfectamente organizado. De su forma de dibujar la infancia: con cariño, con chispa y con la dosis justa de descontrol. Así que hicimos lo que haría cualquier marca de calzoncillos con buen gusto: le propusimos que colaborara con nosotros.

    Y dijo que sí. Y fue una colaboración en toda regla. Tomamos como punto de partida sus diseños de paddle surf y le dimos un giro 360. Su ya genial estilo lo impregnamos de nuestra esencia: le añadimos a nuestros peques en una de las tablas, a nuestra perrita Mora en otra, a papá con su hija logrando el equilibrio en un paddle surf naranja o a mí, la supuesta reina de la casa, pegándome un guarrazo al coger la tabla por primera vez. Todos los detalles nos llevan a sabes que es un diseño por y para La Muda.

    El resultado: una mini colección donde los protagonistas son criaturas que podrían haber salido directamente del salón de tu casa dirección la playa.

    Ideal para padres y sus pequeñas criaturas. Ideal para cualquiera que sepa lo que es pisar una pieza de Lego a las siete de la mañana y encima tener que aguantarse el grito de rabia.

    Gracias, Sarah, por prestarnos un trocito de tu mar. Nosotros ponemos los trajes de baño. Tú, la magia.